McKinsey Quarterly

El rápido ascenso de China en la cadena de valor

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Los chinos son hoy en día los compradores más ávidos de bienes y servicios online, por los que probablemente pagarán usando un dispositivo móvil. La profundización del “ethos” digital refleja el creciente foco en el consumidor de la economía china. Estas tendencias están creando terreno fértil para start-ups digitales, y a la vez están transformando industrias tradicionales como la de especialidades químicas y convirtiéndolas en abastecedoras de materiales para industrias avanzadas y de bienes de consumo con mayores márgenes. Las compañías globales que operan en China deben estar atentas a no competir por los mercados equivocados.


El vertiginoso ritmo de la digitalización en China

Por Jeongmin Seong, Kevin Wei Wang y Jonathan Woetzel

La economía de consumo está entre las más digitalizadas a nivel mundial, y la transformación de las empresas se está acelerando gracias a una explosión de start-ups y nuevos modelos de negocios.

Todo se acelera en la economía digital, y en China esto es más evidente que en cualquier otro lugar. En poco más de una década, China pasó de una posición casi irrelevante a ser el mayor mercado mundial para el comercio electrónico, con más del 40 por ciento del volumen global de transacciones (Gráfico). Los pagos móviles en China equivalen a 11 veces el valor operado en Estados Unidos, gracias a la rápida adopción de esta tecnología por los consumidores. La floreciente cultura digital está dando dividendos en términos de innovación, dado que China es sede de uno de cada tres “unicornios” del mundo, es decir, de start-ups valuadas en más de $1.000 millones. Asimismo, China se ubica en los primeros puestos en inversiones de capital emprendedor en áreas como realidad virtual, vehículos autónomos, impresión 3D, robótica, drones o inteligencia artificial.

Gráfico
China’s fast climb up the value chain

Esta base de innovación está generando una variedad de nuevos modelos de negocios basados en tecnologías emergentes que en el corto plazo podrían revitalizar otros sectores de la economía tradicionalmente más retrasados. Según un reciente informe de McKinsey Global Institute, estos nuevos abordajes incluyen conectar directamente compradores y proveedores eliminando los intermediarios, desagregar las cadenas de valor tradicionales ante el ingreso de atacantes digitales, y crear una serie de nuevos productos y servicios “desmaterializados” digitalmente. La destrucción creativa a gran escala, que estimularía la productividad y la competitividad internacional de la economía China, podría ser el siguiente paso. Se estima que para 2030, entre el 10 y el 45 por ciento de los ingresos de las industrias chinas podría pasar de los modelos de negocios tradicionales a otros nuevos basados en la tecnología digital. La transformación está tomando fuerza: en 2013, las industrias en Estados Unidos estaban 4,9 veces más digitalizadas que en China; en apenas tres años (2016), esa proporción cayó a 3,7.1

Sobre los autores

Jeongmin Seong es senior fellow de McKinsey Global Institute (MGI), y Jonathan Woetzel es socio senior y director de MGI, ambos con base en la oficina de McKinsey en Shanghái; Kevin Wei Wang es socio senior de la oficina de Hong Kong.


El giro de China hacia el crecimiento enfocado en el consumidor y sus efectos en la dinámica de la industria

Por Elisabeth Hirschbichler, Nathan Liu y Ulrich Weihe

La experiencia del sector de especialidades químicas es un ejemplo del impacto concreto de estos cambios.

La evolución de China de una economía basada en las inversiones a otra enfocada en el consumo es un tema que ya podríamos considerar familiar. Pero este giro trascendental está alterando el destino de las industrias manufactureras en formas menos visibles que la expansión de la demanda de productos de mayor valor. La industria de especialidades químicas es un ejemplo destacado de ello (Gráfico). En línea con las tendencias macro-económicas, los sectores de más rápido crecimiento (y también con mayores ganancias antes de intereses, impuestos y amortizaciones) incluyen las especialidades químicas utilizadas para la fabricación de bienes de consumo, como ingredientes para fragancias y productos de cuidado personal. De manera similar, el crecimiento en sectores avanzados como automóviles, industria aeroespacial y electrónica conduce a una mayor demanda de productos químicos y plásticos de alto rendimiento, entre otros. A la inversa, los productos empleados en las industrias tradicionales están creciendo más lentamente y los márgenes están sometidos a fuerte presión debido a la “comoditización” de los mercados.

Gráfico
China’s fast climb up the value chain

La forma en que los cambios están transformando el sector de especialidades químicas puede generar lecciones relevantes para otras industrias. Las empresas chinas serán sin dudas las primeras en beneficiarse, pero el nuevo terreno de juego también debería ayudar a los jugadores internacionales – que han perdido mercado con sus inversiones basadas en los principios tradicionales – a recuperar parte del terreno perdido. La demanda de productos más sofisticados, después de todo, permitirá a las compañías extranjeras de productos químicos y de otras industrias aprovechar sus fortalezas.

En síntesis, debido a las altas probabilidades de que los cambios económicos en China influyan sobre las perspectivas del sector de diferentes maneras, los ejecutivos tendrán que modificar cuidadosamente sus estrategias de producto para adecuarlas a los nuevos patrones de demanda.

Sobre los autores

Elisabeth Hirschbichler es socia asociada de McKinsey & Company con base en la oficina de Viena, Nathan Liu es socio de la oficina de Shanghái, y Ulrich Weihe es socio de la oficina de Frankfurt.

Para un análisis más detallado, ver “A game plan for international specialty-chemical companies in China”.