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El término “América rural” suele evocar una colección de frases abreviadas —“el corazón del país” (“the heartland”), “la América de los pueblos pequeños” (“small-town America”), “el país que se sobrevuela” (“flyover country”)— que intentan englobar la vasta extensión de comunidades fuera de las ciudades y suburbios del país. Sin embargo, estas etiquetas ocultan más de lo que revelan. La América rural no es un monolito. Es el hogar de uno de cada siete estadounidenses (aproximadamente 46 millones de personas en 2023) y abarca una gran variedad de geografías, economías y culturas.
A pesar de su magnitud e importancia, la América rural sigue siendo poco investigada. Para abordar esta brecha, en 2025 establecimos un área de enfoque dedicada a las comunidades rurales dentro del McKinsey Institute for Economic Mobility.1 Nuestra misión es comprender mejor los desafíos y oportunidades únicos a los que se enfrentan las comunidades rurales y desarrollar insights viables que puedan lograr resultados significativos. Nuestra primera publicación, en marzo de 2025, examinó la pregunta: “¿Quiénes constituyen la América rural?”.2 Nuestro análisis exploró estas comunidades y concluyó que son grandes, diversas, dinámicas y están llenas de oportunidades.
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Este informe busca profundizar nuestra comprensión de la América rural y descubrir insights a partir de las tendencias demográficas y macroeconómicas sobre las barreras y oportunidades para el crecimiento futuro. Mediante un enfoque basado en datos, definimos seis arquetipos de comunidades rurales en Estados Unidos, brindando un marco para comprender las dinámicas económicas, sociales y culturales que moldean a la América rural hoy en día. A continuación, ahondamos en los resultados y el bienestar de los residentes, así como en las tendencias de movilidad económica en los diferentes arquetipos rurales. Nuestro análisis destaca enfoques probados para acelerar el desarrollo económico en la América rural, junto con ejemplos prácticos para mejorar la movilidad económica.
En conjunto, estos insights iluminan caminos para mejorar la resiliencia, el crecimiento y las oportunidades en las comunidades rurales.
Definir los arquetipos de la América rural
Para comprender la naturaleza cambiante de la América rural, primero exploramos los tipos de comunidades que conforman estas regiones, tanto sus similitudes como sus diferencias. Ese análisis implicó una evaluación estadística de los más de 3,100 condados de Estados Unidos. Identificamos seis arquetipos de comunidades rurales, que pueden ayudar a definir mejor lo que queremos decir cuando hablamos de la América rural (Gráfica 1).
Concentración industrial en comunidades rurales y urbanas
A pesar de que las diez industrias principales son similares tanto en los condados rurales como en los urbanos, los motores del crecimiento de estos condados pueden diferir de manera significativa. Una distinción fundamental es el tamaño del panorama industrial: el PIB de los condados urbanos ($19.6 billones de dólares) es casi nueve veces mayor que el de los condados rurales ($2.2 billones de dólares), una diferencia muy superior a su ventaja de cinco veces en población. Aparte de las tres principales industrias compartidas (manufactura, gobierno y bienes raíces), las zonas urbanas tienen más probabilidades de formar parte de la economía del conocimiento (por ejemplo, servicios profesionales, finanzas y seguros, e información), mientras que las zonas rurales se enfocan principalmente en la salud y el comercio minorista (gráfica).
Si bien estos arquetipos comparten algunas características que los definen como rurales —como el tamaño y la densidad de la población, y la proximidad a un área estadística metropolitana (AEM)—, son en cierto modo distintos en lo económico y lo social. La especialización industrial varía considerablemente entre los arquetipos rurales (Gráfica 2). La dependencia de estas industrias en particular puede hacer que las comunidades sean más vulnerables a los choques y fluctuaciones macroeconómicos, pero también puede generar resultados económicos favorables para los residentes (vea el recuadro “Concentración industrial en comunidades rurales y urbanas”).
Los siguientes perfiles en profundidad de los seis arquetipos presentan condados representativos en todo Estados Unidos y permiten realizar comparaciones reveladoras entre los arquetipos.
Potencias agrícolas (7 por ciento de la población rural total)
Estos condados albergan comunidades pequeñas, de crecimiento moderado, con una economía basada en la agricultura (20 por ciento o más del PIB) y estable. Las potencias agrícolas, junto con las regiones ricas en recursos, están escasamente pobladas: su proporción de condados rurales es proporcionalmente mayor que su porcentaje de la población total. Las potencias agrícolas también tienen la tasa de participación laboral más alta de todos los arquetipos, con un 59.8 por ciento.3
Dentro de este arquetipo, existen áreas de variación. Por ejemplo, una parte significativa de las potencias agrícolas se desarrollan en torno a granjas de mayor escala con una menor diversidad de productos, como maíz, cerdos y lácteos. Estos condados de “productos básicos” generan una proporción desmesurada del PIB ($47,000 dólares de PIB per cápita frente a los $22,000 dólares de las potencias agrícolas) y registran una mayor participación laboral (63 por ciento frente a 55 por ciento).
Talleres de manufactura (26 por ciento de la población rural total)
En estas comunidades de tamaño mediano y en crecimiento, más del 30 por ciento del PIB proviene de la manufactura. Estas regiones se ven fortalecidas por una participación laboral superior al promedio y un menor desempleo. Si bien los talleres de manufactura representan una proporción desmesurada de la población rural (aproximadamente el 26 por ciento), constituyen una proporción menor de condados (20 por ciento). Si se analiza más en profundidad, los talleres de manufactura podrían clasificarse en dos categorías principales, cada una con sus propios atributos. Los condados en proceso de desindustrialización se concentran en el Cinturón del Óxido (Rust Belt), mientras que los condados de relocalización (reshoring) de manufactura suelen encontrarse en el sur.
Imanes de migración (25 por ciento de la población rural total)
Estos condados son comunidades de tamaño mediano a grande, a menudo “exurbios” (o exurbs, es decir, zonas periféricas más allá de los suburbios) cercanas a áreas estadísticas metropolitanas (AEM) o centros turísticos con una migración neta positiva constante. Este arquetipo tiene dos subarquetipos potenciales: condados cercanos a destinos turísticos con economías basadas en gran medida en la hospitalidad (con una migración neta promedio del 6 por ciento) y comunidades en crecimiento cercanas a AEM (8 por ciento).
Regiones remotas (15 por ciento de la población rural total)
Estos condados albergan comunidades pequeñas y medianas con menor especialización industrial y producción económica. En las regiones remotas, factores como una mayor migración neta negativa (superior al 4 por ciento), una menor tasa de participación laboral y un PIB más bajo contribuyen a un crecimiento más lento y a una menor especialización industrial que en otras comunidades. Estas regiones tienden a estar geográficamente aisladas y muchas arrastran legados históricos de dificultades económicas, como el Delta del Misisipi y la región carbonífera de los Apalaches.
Regiones ricas en recursos (5 por ciento de la población rural total)
Las regiones ricas en recursos incluyen comunidades pequeñas y remotas donde la extracción de recursos (por ejemplo, minería, canteras y petróleo y gas) representa más del 25 por ciento del PIB. Estos condados han experimentado una disminución de la población en su conjunto, pero generan el doble del PIB per cápita en comparación con las potencias agrícolas (clasificadas en segundo lugar en esta métrica). Sin embargo, estas regiones vieron caer su PIB en un 6 por ciento entre 2020 y 2022. Las regiones ricas en recursos, junto con las potencias agrícolas, están escasamente pobladas, representando una proporción mayor de condados rurales que de la población total.
América media (22 por ciento de la población rural total)
Las comunidades medianas o grandes que no tienen especializaciones industriales importantes ni las características definitorias de otros arquetipos forman parte del arquetipo de la América media. Estos condados presentan una amplia variación en sus características y dimensiones económicas, pero en conjunto actualmente experimentan resultados económicos superiores al promedio.
Medir el bienestar y la movilidad en los arquetipos de la América rural
¿Cómo les va a los residentes rurales de Estados Unidos en cada arquetipo? Evaluamos ocho aspiraciones de bienestar: 4
- nivel de vida
- estabilidad financiera
- oportunidades de empleo con un salario digno y buenas condiciones laborales
- vidas largas y saludables
- oportunidades para desarrollar habilidades a través de una educación asequible y de calidad
- hogares estables y seguros
- conectividad física y virtual
- comunidades estables
A partir de estas ocho aspiraciones, calculamos los resultados para los residentes en cada uno de los seis arquetipos y luego comparamos y clasificamos los arquetipos (Gráfica 3).
La movilidad económica, en este contexto, se refiere a la capacidad de los individuos para lograr mejores resultados económicos en comparación con sus padres. En concreto, este marco mide la movilidad económica analizando la distribución de los ingresos de los hijos y otros resultados de los adultos a los 35 años. Analizamos datos de la herramienta Opportunity Atlas, que rastrea las medidas de movilidad económica por condado en todo Estados Unidos.5 Este análisis identificó los condados y arquetipos rurales donde los niños nacidos en hogares de ingresos medios (percentil 50) tienen el mayor potencial de aumentar su ingreso promedio en relación con sus padres a lo largo del tiempo (Gráfica 4).
Los residentes de ingresos medios en zonas rurales han logrado resultados de movilidad económica más estables que sus contrapartes urbanas, con un crecimiento de los ingresos más positivo en los seis arquetipos rurales. Las comunidades manufactureras más pequeñas, en particular en el corredor central de Estados Unidos, han elevado la movilidad intergeneracional y el crecimiento de los ingresos de los trabajadores sin títulos universitarios. Con más del 70 por ciento de los puestos de trabajo en la producción y la operación clasificados como empleos con salarios medios, las inversiones en la industria manufacturera rural podrían ofrecer caminos significativos hacia una movilidad económica ascendente.6
Explorar estrategias de desarrollo económico para mejorar el bienestar y la movilidad
Con base en nuestra revisión de los arquetipos de la América rural, los resultados para los residentes y nuestra comprensión de los impulsores del impacto económico, identificamos seis estrategias potenciales para catalizar el desarrollo económico rural. Seleccionamos estas estrategias de una lista más amplia de intervenciones rurales en función de dos factores: su impacto demostrado y su capacidad de replicarse en otras zonas.
Las estrategias de desarrollo económico seleccionadas se centran principalmente en factores subyacentes a través de tres áreas de enfoque (Gráfica 5):
Empresas: invertir en las instituciones locales que impulsan la actividad económica.
Trabajadores: adaptar el desarrollo de la fuerza laboral a las necesidades específicas de las economías rurales e impulsar el crecimiento económico
Necesidades básicas: abordar el bienestar básico de los residentes rurales, especialmente en los resultados en los que las zonas rurales están más rezagadas que las urbanas (como la salud y la esperanza de vida).
Además, existen oportunidades de apoyo integral a lo largo del marco de la cuna a la carrera profesional (cradle-to-career) para las regiones más desfavorecidas.
1. Crear nuevas alianzas que apoyen a emprendedores y start-ups dentro de industrias especializadas o de alto crecimiento
Los condados rurales a menudo carecen de industrias de rápido crecimiento, pero muchos cuentan con bases industriales especializadas que pueden apoyar a pequeñas empresas de alto crecimiento. A pesar del descenso en las tasas de emprendimiento rural, organizaciones como el Center on Rural Innovation (CORI) han ayudado a comunidades a diseñar estrategias de economía tecnológica, obtener subvenciones y fomentar la innovación. Por ejemplo, CORI apoyó a Independence, Oregón, en la creación de espacios de coworking y asociaciones en materia de agrotecnología (agtech), impulsando así el crecimiento económico. De manera similar, el Critical Minerals and Materials for Advanced Energy (CM2AE) Tech Hub en Misuri aprovecha la experiencia minera de la región para crear puestos de trabajo y valor económico. Los arquetipos rurales con especialización industrial, como las regiones ricas en recursos, los talleres de manufactura y las potencias agrícolas pueden obtener el máximo impacto de estas iniciativas.
2. Invertir nuevo capital en instituciones ancla para apoyar los ecosistemas empresariales locales
Las instituciones ancla, como universidades y hospitales, impulsan el crecimiento económico en las zonas rurales al formar trabajadores altamente calificados, atraer industrias y apoyar la creación de conocimiento y la innovación. Los condados cercanos a estas instituciones pueden maximizar su impacto mediante alianzas. Por ejemplo, el Institute for Food and Agriculture de la Universidad Estatal de Fresno ha catalizado la industria agrícola del condado de Fresno, atrayendo millones en subvenciones y capacitando a la fuerza laboral local. De igual manera, el Small Business Development Center de la Universidad de Bucknell apoya el emprendimiento mediante talleres, consultoría y alianzas. Esta estrategia es aplicable a todos los condados rurales que cuenten con una institución ancla cercana.
3. Priorizar la preparación postsecundaria y la conectividad para los estudiantes de primaria a preparatoria (K-12)
Los condados rurales enfrentan brechas significativas en la obtención de títulos postsecundarios, lo que limita la movilidad económica. Programas como Collegiate Edu-Nation (CEN), en Texas, permiten a los estudiantes de preparatoria obtener credenciales industriales y títulos de asociado, alcanzando altas tasas de éxito. De manera similar, la Rural Schools Innovation Zone (RSIZ), en Texas, ofrece academias profesionales en campos como enfermería y tecnología de la información, ayudando a los estudiantes a obtener certificaciones para empleos altamente calificados. La creación de una continuidad postsecundaria tiene mayor influencia en regiones con baja obtención de títulos postsecundarios, como las áreas remotas, las regiones ricas en recursos y los talleres de manufactura.
4. Crear una capacitación rápida y específica de la fuerza laboral para apoyar y atraer industrias en crecimiento
Las zonas rurales con industrias especializadas como la agricultura, la manufactura y la minería necesitan programas de capacitación laboral adaptados para satisfacer la demanda de empleo. Programas como Quick Start, en Georgia, y el Alabama Industrial Development Training (AIDT) han capacitado con éxito a trabajadores para funciones altamente calificadas, atrayendo inversiones significativas e impulsando las economías locales. Por ejemplo, Quick Start se asoció con el fabricante surcoreano de baterías SKBA para capacitar empleados en la producción de baterías de iones de litio, mientras que AIDT apoyó las operaciones de Honda en Alabama. Los programas de capacitación laboral son más efectivos en regiones con industrias de alto crecimiento que requieren habilidades especializadas, como las regiones ricas en recursos, los talleres de manufactura y las potencias agrícolas.
5. Crear centros de salud centrados en las zonas rurales para apoyar el bienestar de los residentes
El acceso a la atención médica afecta de manera significativa los resultados económicos, pero las zonas rurales suelen enfrentar escasez de proveedores e instalaciones. Los centros de telesalud pueden abordar estos desafíos ofreciendo atención a distancia. Por ejemplo, el Proyecto ECHO, en Nuevo México, ha ampliado el acceso a la atención especializada a nivel mundial, mientras que la Virtual Care Initiative de Sanford Health ha establecido clínicas de telesalud en áreas rurales. Estos centros tienen el mayor impacto en regiones con malos resultados de salud y altas tasas de personas sin seguro, como las regiones remotas y los talleres de manufactura.
6. Establecer un conjunto de programas complementarios y basados en el lugar de origen en todo el marco de la cuna a la carrera profesional
Los arquetipos rurales en situación de vulnerabilidad requieren soluciones integrales y locales para abordar los desafíos sistémicos. Organizaciones de apoyo, como Partners for Rural Impact (PRI), coordinan esfuerzos en educación, salud y desarrollo económico. En el condado de Leslie, Kentucky, PRI se asoció con los sistemas de salud locales para proporcionar transporte para atención dental, financiado con subvenciones. Las soluciones holísticas son especialmente beneficiosas para las regiones remotas y las ricas en recursos, que enfrentan desafíos económicos y sociales complejos.
Si bien los condados rurales en conjunto aportan $2.2 billones de dólares al PIB nacional, sus economías suelen caracterizarse por industrias especializadas que tienden a experimentar un crecimiento del empleo más lento en comparación con las zonas urbanas. Desbloquear el pleno potencial de la América rural requerirá intervenciones específicas basadas en evidencia.
Las soluciones integrales y locales que aborden las barreras sistémicas, como las inversiones en capacitación laboral, el acceso a la salud y la educación, podrían desempeñar un papel crucial en revertir las tendencias de estancamiento económico de larga data. Sin estas intervenciones, es probable que las disparidades entre las comunidades rurales prósperas y las que luchan por salir adelante se amplíen, lo que agravará aún más la desigualdad y limitará la movilidad económica de millones de residentes.
La América rural no es simplemente una parte periférica de la economía nacional, sino un contribuyente fundamental a su innovación y productividad. Al aplicar estas estrategias con rigor académico y creatividad práctica, las partes interesadas tienen la oportunidad de fomentar la prosperidad económica y mejorar el bienestar en las diversas comunidades que conforman la América rural.