La Reserva Federal de Estados Unidos subió su tasa de interés oficial en medio punto, dando un paso más en lo que el presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló que sería una campaña agresiva para reducir la inflación hacia un objetivo de 2 por ciento. Los bancos centrales de India y Brasil también han subido sus tasas, y el Banco Central Europeo anunció el próximo fin de las tasas negativas. La inflación de los precios al consumidor, impulsada por los elevados precios de la energía y los alimentos, es del 8.3 por ciento en Estados Unidos y de un récord del 8.1 por ciento en la eurozona (Gráfica 1). En muchas economías, el mercado inmobiliario también ha sido un factor. Especialmente en Estados Unidos, los precios de la vivienda se dispararon durante los años de la pandemia, impulsados por las bajas tasas de interés y el gasto de estímulo disponible.
Los precios de la energía, que son el principal motor de la inflación, aumentaron en Europa un 3 por ciento en abril y un 45 por ciento en marzo; sin contar las alzas de los precios de la energía, la inflación de la eurozona fue del 3.8 por ciento en abril. En una reunión en Alemania, los ministros de energía del grupo de naciones G-7 instaron a la OPEP —y a todos los países productores de petróleo y gas— a responder a la escasez de suministro. Los ministros también señalaron la urgencia de la transición a las energías renovables, fijando el objetivo de “sectores eléctricos predominantemente descarbonizados para 2035”.
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El cambio de postura de los bancos centrales pareció dar a los inversionistas una confianza renovada; los asediados mercados de valores se reactivaron un poco en la segunda quincena de mayo. Pero la elevada inflación está desgastando la demanda de los consumidores. Los indicadores de la OCDE revelan un deterioro de la confianza del consumidor a nivel mundial y en las economías individuales encuestadas. Los últimos datos revelan que las ventas al por menor se desaceleraron de forma generalizada, excepto en Estados Unidos; en China, los consumidores gastaron considerablemente menos en medio de las estrictas medidas de cero-COVID-19.
La actividad industrial sigue expandiéndose, aunque a un ritmo general más lento, como se refleja en los índices de los gestores de compras (purchasing managers’ indexes, o PMI) globales de manufactura y servicios. En las economías individuales encuestadas, los PMI manufactureros se redujeron, pero se mantuvieron fuertes en Estados Unidos (57.5 en mayo, 59.2 en abril), la eurozona (54.4 en mayo, 55.5 en abril) e India (54.7 en abril), mientras que en el sector de los servicios se registró una expansión más fuerte en la eurozona, Brasil e India.
El peso de las restricciones por la pandemia fue la causa principal de la contracción del -2.9 por ciento de la actividad industrial en China (interanual). La disminución de los valores inmobiliarios también es un factor. El objetivo original de crecimiento del PIB de China del 5.5 por ciento para 2022 alguna vez se consideró fácilmente alcanzable; ahora se considera ambicioso o posiblemente inalcanzable. A finales de mayo, el primer ministro Li Keqiang, hablando con funcionarios gubernamentales, indicó que el objetivo a corto plazo es evitar que la economía se contraiga en el segundo trimestre del año. Las primeras estimaciones del desempeño económico en mayo sugieren una mejora o, al menos, una desaceleración de la contracción.
El comercio mundial se ralentizó en general en marzo y abril, según indican los últimos datos disponibles. El CPB World Trade Monitor bajó un -0.2 por ciento, con descensos en las importaciones de Rusia y China. En los datos por país, el impulso del comercio se invirtió en China; en el resto, los valores aumentaron debido a que los precios de las materias primas se mantuvieron elevados. El índice de rendimiento de contenedores (Container Throughput Index) retrocedió a 122.8 en abril (pronóstico rápido) desde 123.3 en marzo (revisado).
Las tasas de desempleo cambiaron poco en Estados Unidos (3.6 por ciento), la eurozona (6.8 por ciento) y en el resto; en China, la tasa está subiendo.
Para las economías emergentes encuestadas, la inflación al consumidor se intensificó, mientras que la inflación de precios al productor disminuyó un poco (Gráfica 2). Los precios de los alimentos son muy elevados, aunque el índice de precios de los alimentos de la FAO reportó un cierto alivio en abril debido a la disminución del precio de los aceites alimentarios. El elevado costo de los alimentos está llamando la atención sobre un problema mundial de inseguridad alimentaria. Las Naciones Unidas han advertido que África se enfrenta a una escasez de alimentos potencialmente mortal debido a las disrupciones del suministro. En India, el gobierno anunció controles a las exportaciones de alimentos en ciertas situaciones para apoyar la seguridad alimentaria nacional en medio de los efectos del clima extremo. India también ha acudido en ayuda de Sri Lanka (población de 22 millones), donde una severa crisis de alimentos y combustible se ha visto agravada por el alto costo de los fertilizantes.
Los precios de las materias primas energéticas continuaron subiendo durante abril y mayo. Los precios del petróleo (Brent) alcanzaron $120 dólares por barril en mayo (Gráfica 3). Entre las materias primas industriales, el precio de los metales industriales disminuyó en mayo, en parte debido a una menor demanda de China.
Según las mediciones de los diferenciales de rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, las expectativas de inflación, aunque siguen siendo elevadas, disminuyeron tanto para las perspectivas a corto como a largo plazo. Las expectativas de inflación, según la encuesta de consumidores realizada por la Reserva Federal de Nueva York en abril, bajaron del 6.6 por ciento al 6.3 por ciento en el horizonte de un año, y al 3.9 por ciento a más largo plazo. El costo del capital para los gobiernos está aumentando en las economías encuestadas, impulsado por la alta inflación y el aumento de las tasas de interés; los rendimientos de los bonos alemanes se volvieron positivos a principios de marzo y han subido desde entonces. El Banco de la Reserva de India (al 4.4 por ciento), el Banco Central de Brasil (al 12.75 por ciento) y la Reserva Federal de Estados Unidos (al 0.75–1.0 por ciento) aumentaron las tasas de interés oficiales (Gráfica 4).
En este entorno, repleto de crisis y disrupciones superpuestas, el Foro Económico Mundial (FEM) celebró su primera Agenda de Davos presencial desde que comenzó la pandemia de la COVID-19. Los temas centrales incluyeron la invasión de Rusia a Ucrania, la economía, el futuro de la globalización, la seguridad alimentaria, la transición energética, el cambio climático, la atención médica, la igualdad y la educación. El presidente del FEM, Børge Brende, y el socio director global de McKinsey, Bob Sternfels, presentaron un libro blanco, Resiliencia para un crecimiento sostenible e inclusivo, con enfoques que hacen hincapié en la interconexión de los temas económicos, sociales y empresariales. Los dos líderes dialogaron sobre por qué y cómo construir un "músculo de resiliencia", es decir, las capacidades que nuestras sociedades necesitan para orientarse y prosperar en condiciones de disrupción e incertidumbre continuas. Anunciaron la creación de un “Consorcio de Resiliencia”, en el que los gobiernos, las empresas y las organizaciones del sector público puedan acelerar la acción colectiva y permitir una inversión más sistémica en los motores y las capacidades de la resiliencia mundial.
Global Economics Intelligence (GEI) de McKinsey proporciona datos macroeconómicos y análisis de la economía mundial. Cada publicación mensual incluye un resumen ejecutivo sobre las tendencias y los riesgos críticos globales, así como perspectivas centradas en las últimas novedades nacionales y regionales. Véase el informe completo de mayo de 2022 en inglés aquí y aquí. Los datos visualizados detallados de la economía global, con informes enfocados en economías individuales seleccionadas, también se proporcionan como descargas de PDF en McKinsey.com. Estos informes están disponibles de forma gratuita para los suscriptores de correo electrónico y a través de la aplicación McKinsey Insights. Para agregar un nombre a nuestra lista de suscriptores, haga clic aquí. GEI es un proyecto conjunto de la Práctica de Estrategia y Finanzas Corporativas de McKinsey y el McKinsey Global Institute.