Los inversionistas que importan todavía quieren que las empresas se concentren en el largo plazo

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Decir que los accionistas se preocupan más por los movimientos actuales de los precios de las acciones se ha convertido en una perogrullada. Y tal vez algunos realmente se sientan así. Es difícil salir de una reunión de ganancias trimestrales sin tener la impresión de que al menos a los analistas les importa mucho cumplir los próximos objetivos.

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Sin embargo, los inversionistas institucionales a largo plazo (también conocidos como inversionistas intrínsecos) se preocupan más por los impulsores a largo plazo de la creación de valor. Nuestra investigación ha demostrado que estos inversionistas tienen una influencia desmesurada en el precio de las acciones de una empresa a lo largo del tiempo. Los resultados de nuestra última encuesta a los directores de inversiones de los principales fondos globales que realizan grandes inversiones selectivas en acciones reflejan estos puntos.1

Los encuestados dejan en claro que sus fondos priorizan la creación de valor sostenible sobre el "cortoplacismo" y favorecen a los CEOs que actúan con rapidez y audacia para reasignar el capital de una empresa con el fin de permitir un crecimiento creador de valor. Cuando se les pidió que clasificaran los tres impulsores más importantes de la creación de valor a largo plazo, los encuestados insistieron en lo básico: la optimización de costos, la productividad del capital y la innovación de productos (Gráfica 1).

Aunque hubo algunas variaciones entre sectores, los directores de inversiones clasificaron abrumadoramente estos tres impulsores como los más importantes (Gráfica 2).

Los inversionistas también identifican claramente la ventaja competitiva sostenible, seguida de los criterios de rendimiento del capital (ganancias y asignación de capital) y el historial de gestión, como factores clave para decidir si comprar o mantener una empresa financieramente sana (Gráfica 3). Tal vez de manera sorpresiva, los encuestados no consideran tan esencial superar a sus homólogos en crecimiento; presumiblemente, eso cambiaría para los que tienen un desempeño inferior que esos pares. Las tendencias generales de la industria tampoco fueron necesariamente determinantes. Estos inversionistas experimentados entienden que el crecimiento puede ser quisquilloso, mientras que los fundamentos como las operaciones sólidas, un enfoque en la ventaja competitiva y una gestión eficaz crean valor a largo plazo.

La otra cara de la moneda es que los encuestados quieren que los CEOs se concentren mucho menos en las ganancias a corto plazo y mucho más en la reasignación de recursos. Esto comienza con una reestructuración general más rápida: vender los activos que no se alinean con la forma en que una empresa creará valor a largo plazo (Gráfica 4).

Más del 50 por ciento de los directores de inversiones encuestados también quieren que los equipos de gestión piensen explícitamente en el impacto que su estrategia tiene en otras partes interesadas, como empleados y clientes. Esta preocupación es totalmente coherente con la comprensión de lo que hace que una marca sea fuerte y una ventaja competitiva sostenible. De hecho, es revelador que los directores de inversiones identificaran los mismos comportamientos que marcan un enfoque a corto plazo como los mayores errores de los CEOs.

En conjunto, los resultados de la encuesta refuerzan lo que los inversionistas intrínsecos han dejado claro durante años: las empresas no deben priorizar el rendimiento financiero a corto plazo a expensas de la creación de valor a largo plazo.

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