Los objetivos climáticos, cada vez más audaces, están cambiando las cadenas mundiales de suministro de materiales, hasta el punto de que la transición a una economía de cero emisiones netas ha desencadenado una "transición de materiales". Este informe (disponible en su totalidad en inglés) tiene como objetivo ofrecer una perspectiva integrada de estos cambios en la cadena de suministro, incluida la demanda de materiales, la escasez que se puede esperar y las acciones clave que se requerirán para equilibrar la ecuación y salvaguardar la velocidad de la transición.
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Con estos puntos en mente, nuestra investigación explora los siguientes hallazgos clave:
Los materiales son un facilitador crítico de la transición cero neto. El mundo se ha embarcado en un ambicioso viaje de descarbonización hacia una economía de cero emisiones netas, que precisará de cambios tecnológicos fundamentales en todas las industrias a una velocidad sin precedentes. Estas tecnologías suelen requerir más materiales físicos para el mismo resultado en comparación con sus contrapartes convencionales durante la fase de construcción. Por ejemplo, los vehículos eléctricos de batería (battery electric vehicles, o BEV) suelen ser entre un 15 y un 20 por ciento más pesados que los vehículos comparables con motor de combustión interna (internal-combustion engine, o ICE) y, por lo tanto, se convertirán en un impulsor clave de la demanda de materiales en las próximas décadas. En consecuencia, la medida en que las cadenas mundiales de suministro de materiales puedan seguir el ritmo de las nuevas y aceleradas fuentes de demanda será un factor determinante de las tasas mundiales de descarbonización.
Incluso con la actual trayectoria de descarbonización, que tiende hacia los 2.4° Celsius, el suministro de muchos minerales y metales integrados en tecnologías clave con bajas emisiones de carbono se enfrentará a una escasez para 2030. Mientras que algunos materiales, como el níquel, pueden experimentar una escasez moderada (aproximadamente del 10 al 20 por ciento), otros, como el disprosio –un material magnético utilizado en la mayoría de los motores eléctricos–, podrían sufrir una escasez de hasta el 70 por ciento de la demanda. A menos que se implementen acciones de mitigación, esta escasez probablemente obstaculizaría la velocidad global de descarbonización, ya que los clientes no podrían cambiar a alternativas más bajas en carbono. Además, provocaría picos de precios y volatilidad en los materiales, lo que a su vez encarecería las tecnologías en las que están integrados y ralentizaría los índices de adopción.
Continuaremos viendo una elevada concentración del suministro de minerales y metales en un puñado de países, como por ejemplo China (elementos de tierras raras), República Democrática del Congo (cobalto) e Indonesia (níquel). En combinación con un panorama regulatorio cada vez más centrado en la regionalización –como se observa, por ejemplo, en la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos y el Plan Industrial del Pacto Verde de la Unión Europea–, esta concentración de suministros podría afectar el acceso regional a los materiales dentro del ámbito de ciertas áreas del acuerdo, incluso cuando el mercado mundial esté equilibrado. Al mismo tiempo, dicha concentración también podría ofrecer oportunidades a los países mineros tradicionales para desarrollar actividades de refinación a nivel nacional.
Se necesitarán acciones armonizadas en materia de oferta, demanda, innovación y políticas para equilibrar la ecuación y salvaguardar la velocidad de la transición.
- Oferta. Es crucial garantizar la ampliación oportuna de los proyectos que ya se han anunciado, lo que requerirá que la minería acelere por encima de las tasas de crecimiento históricas para muchos materiales, al tiempo que se duplica la exploración para garantizar una mayor ampliación del suministro más allá de 2030. Las inversiones en minería, refinación y fundición deberán aumentar hasta aproximadamente $3 billones a $4 billones de dólares para 2030 (entre $300 mil millones y $400 mil millones de dólares al año).1 Será necesario aumentar la capacidad laboral entre 300,000 y 600,000 profesionales especializados en minería, y de aquí a 2030 deberán entrar en funcionamiento entre 200 y 500 gigavatios adicionales de energía (idealmente baja en carbono) para alimentar estos activos, lo que equivale a entre el 5 y el 10 por ciento de la capacidad estimada de energía solar y eólica para 2030. Por último, la ampliación requerirá unos procesos de concesión de permisos fluidos, el despliegue oportuno de infraestructuras, la disponibilidad de equipos y unos recursos hídricos adecuados.
- Demanda. Las industrias downstream tendrán que cambiar los patrones de demanda hacia tecnologías probadas que sean menos intensivas en materiales o que requieran materiales diferentes cuya oferta esté menos limitada.
- Innovación. Deben ampliarse las inversiones en innovación de materiales y tecnologías de vanguardia. Por el lado de la demanda, esto podría implicar la exploración de opciones de sustitución de materiales para materiales con restricciones a largo plazo o concentrados regionalmente. Por el lado de la oferta, los inversionistas podrían considerar la posibilidad de enfocarse en mejores prácticas de reciclaje para nuevos materiales, como los minerales de tierras raras, así como en soluciones innovadoras para aumentar el rendimiento de los activos existentes.
- Políticas. Las nuevas políticas pueden facilitar la ampliación de la oferta, por ejemplo, mediante la simplificación de los procedimientos de concesión de permisos para el desarrollo de nuevos activos. Las políticas también podrían permitir un cambio de la demanda hacia tecnologías alternativas, al garantizar la igualdad de condiciones entre las diferentes opciones tecnológicas, por ejemplo, y al salvaguardar la seguridad regional del suministro y la competitividad de la industria.
Las partes interesadas pueden aumentar la probabilidad de éxito mediante el desarrollo de estrategias que ofrezcan opcionalidad y resiliencia en una amplia gama de respuestas globales a la escasez de materiales. Como primer paso para mitigar el riesgo y aprovechar las enormes oportunidades que presenta la transición de materiales, será fundamental que tanto los gobiernos como las empresas mantengan o refuercen su comprensión de la dinámica de la cadena global de suministro de materiales y de los posibles escenarios a largo plazo. En el caso de los gobiernos, hacerlo podría ayudar a arrojar luz sobre la seguridad del suministro y salvaguardar la competitividad a largo plazo de las industrias locales. En el de las empresas, puede servir de base para tomar medidas decisivas con más probabilidades de posicionarlas como líderes de la industria en los próximos años.
Conclusión
A medida que el mundo acelera el despliegue de tecnologías climáticas en apoyo de la transición cero neto, existe el riesgo de que el suministro de materiales no se amplíe a la velocidad necesaria. Nuestra investigación ha demostrado que la energía y los materiales están fuertemente interconectados y que el mundo también tendrá que pasar por una transición de materiales para cumplir sus ambiciones de cero emisiones netas.
Si bien persisten varias incertidumbres sobre cómo se desarrollará la transición de materiales –como la velocidad de descarbonización, el desarrollo de políticas comerciales, la velocidad de la innovación y el tiempo de comercialización de tecnologías revolucionarias, y los plazos de autorización de nuevos proyectos, entre otros–, los gobiernos y las empresas pueden planear acciones estratégicas que sean resilientes a una amplia gama de resultados.
Como primer paso para mitigar los riesgos y aprovechar las enormes oportunidades que presenta la transición de materiales, es fundamental que los gobiernos y las empresas mantengan o refuercen su comprensión de la dinámica cambiante de la cadena global de suministro de materiales con una perspectiva a largo plazo. Para los gobiernos, hacerlo podría ayudar a arrojar luz sobre la seguridad del suministro y salvaguardar la competitividad de las industrias locales a largo plazo. Y de manera similar a las acciones y resultados de los pioneros en la transición energética, las empresas pueden obtener información sobre las acciones decisivas que tienen más probabilidades de posicionarlas como líderes del sector en los próximos años.