La industria de los semiconductores, que fabrica componentes vitales para las tecnologías de las que todos dependemos, fue noticia durante el año pasado. Y no todas fueron buenas noticias. La escasez de suministros provocó cuellos de botella en la producción de todo tipo de artículos, desde coches hasta computadoras, y puso de manifiesto cómo estos diminutos chips son fundamentales para el buen funcionamiento de la economía mundial. En muchos sentidos, nuestro mundo está “construido” sobre semiconductores. Debido a que la demanda de chips aumentará durante la próxima década, las empresas de fabricación y diseño de semiconductores se beneficiarían ahora de un análisis profundo sobre hacia dónde se dirige el mercado y qué impulsará la demanda a largo plazo.
Más perspectivas de McKinsey en Español
Mire nuestra colección de artículos en Español y suscríbase a nuestro newsletter mensual en Español.
A medida que el impacto de lo digital en la vida y los negocios se ha acelerado, los mercados de semiconductores han experimentado un gran auge, con un crecimiento en las ventas de más del 20 por ciento, hasta alcanzar unos $600,000 millones de dólares en 2021. El análisis de McKinsey, basado en una serie de supuestos macroeconómicos, sugiere que el crecimiento anual agregado del sector podría alcanzar una media del 6 al 8 por ciento anual hasta 2030.
¿El resultado? Una industria de $1 billón de dólares al final de la década, suponiendo un aumento promedio de los precios de alrededor del 2 por ciento anual y una vuelta al equilibrio de la oferta y la demanda tras la volatilidad actual.
En medio de megatendencias que incluyen el trabajo a distancia, el crecimiento de la inteligencia artificial (IA) y el aumento de la demanda de vehículos eléctricos, los fabricantes y diseñadores deben hacer un balance y asegurarse de que están en la mejor posición para cosechar los frutos.
Suponiendo unos márgenes de ganancias antes de intereses, impuestos y amortizaciones [earnings before interest, taxes, and amortization o EBITA] del 25 al 30 por ciento, las valoraciones actuales de las acciones admiten un crecimiento promedio de los ingresos del 6 al 10 por ciento hasta 2030 en todo el sector, según muestra el análisis de 48 empresas cotizadas. Sin embargo, algunas compañías están mejor situadas que otras, y el crecimiento en los distintos subsegmentos podría oscilar entre el 5 y el 15 por ciento (Gráfica).
Si se profundiza en cada uno de los subsegmentos, se prevé que alrededor del 70 por ciento del crecimiento sea impulsado por solo tres sectores: automotriz, informático y almacenamiento de datos, e inalámbrico.
El segmento de mayor crecimiento será probablemente el automotriz, en el que podría triplicarse la demanda, impulsada por aplicaciones como la conducción autónoma y la movilidad eléctrica [e-mobility]. El costo en 2030 del contenido de semiconductores en un coche de nivel 4 de la Sociedad de Ingenieros de Automoción o SIA [Society of Automotive Engineers o SAE] con un tren motriz eléctrico podría ser de unos $4,000 dólares, frente a los $500 dólares de un coche de nivel 1 de la SIA con motor de combustión interna. El sector automotriz, que en 2021 supondrá solo el 8 por ciento de la demanda de semiconductores, podría representar entre el 13 y el 15 por ciento de la demanda a finales de la década. Sobre esta base, el segmento sería responsable de hasta el 20 por ciento de la expansión de la industria durante los próximos años.
El crecimiento del 4 al 6 por ciento en el mercado de la computación y el almacenamiento de datos podría estar impulsado por la demanda de servidores para apoyar aplicaciones como la IA y la computación en la nube, según el análisis. En el segmento inalámbrico, por su parte, los teléfonos inteligentes podrían representar la mayor parte de la expansión, en medio de un cambio de segmentos de nivel inferior a nivel medio en los mercados emergentes y con el respaldo del crecimiento del 5G.
¿Qué significan estas lecciones para los responsables de la toma de decisiones? Ciertamente, el panorama del sector de semiconductores parece brillante, a pesar de la posible volatilidad a corto plazo debida a los desajustes entre oferta y demanda, así como a las cambiantes perspectivas económicas y geopolíticas mundiales. Con el crecimiento previsto a largo plazo, la tarea de los líderes de la industria será centrarse estratégicamente en la I+D, las fábricas y el abastecimiento, y aplicar las lecciones del modelado para desbloquear áreas de oportunidad.