Cómo responder a la escasez de chips semiconductores: estudio del caso de una torre de control

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Los circuitos integrados o "chips" semiconductores son un componente omnipresente en el siglo XXI, y se los encuentra en prácticamente todos los dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles, computadores, electrodomésticos, equipamiento industrial y vehículos. La fabricación de estas piezas requiere un diseño muy cuidadoso, y representa una industria global de miles de millones de dólares.

Pero este floreciente sector y sus clientes están desde hace algún tiempo expuestos a una crisis. Durante los dos últimos años, la enorme y creciente demanda de chips no ha podido ser satisfecha adecuadamente por los proveedores, que además han experimentado severas disrupciones en sus propias operaciones por culpa de la pandemia de COVID-19.

Una respuesta a este dilema global es la implementación de “torres de control” multi-funcionales. Un caso de estudio ilustra la manera en que estas estructuras de gestión digital pueden hacer una diferencia para los fabricantes en apuros.

Cómo capear la tormenta en la cadena de suministro

Con el impulso a la digitalización en las industrias, acelerada por la migración generalizada al trabajo remoto y otros cambios provocados por la pandemia, la demanda de chips semiconductores superó largamente la capacidad en 2020. Las compras motivadas por el pánico, sumadas a cambios o cancelaciones de pedidos de último momento, cierres de fábricas en Asia e inestabilidad política en varias regiones del mundo, resultaron en el colapso de la oferta en muchos mercados.

Las compañías que usaban chips en sus productos se vieron en muchos casos desbordadas, incapaces de hacer frente a la demanda, lo que pronto se tradujo en interrupciones de la producción con fuertes efectos negativos en sus ambiciones de crecimiento y en los resultados comerciales. Las crisis de esta naturaleza son extremadamente difíciles de superar por los fabricantes. Análisis, planeación y comunicación se ven a menudo comprometidos por la urgencia en controlar los daños, que obligan a dar prioridad a cuestiones logísticas y administrativas de carácter inmediato.

Más allá de la pandemia, trabajar bajo estas condiciones conduce a stress, caída de la moral y una falta generalizada de cohesión en los equipos, un ambiente nada favorable para gestionar una crisis. Las decisiones pueden ser impulsivas y desinformadas, y las estructuras ejecutivas podrían tener intereses contrapuestos y ser incapaces de trabajar en pos de soluciones holísticas. Como un efecto secundario de los problemas en la cadena de abastecimiento, las relaciones entre productores y proveedores también pueden deteriorarse.

Pero aun en este contexto caótico, quienes logran administrar mejor sus cadenas de suministro han podido adelantarse a sus competidores. Esta idea llevó a un importante productor global a hallar una solución innovadora a esta situación disfuncional.

Un hub para consolidar los esfuerzos

Un fuerte obstáculo para improvisar soluciones eficaces era la ausencia de una fuente centralizada para compartir datos. Mediante la creación de un hub de cadena de suministro, conocido como "torre de control", la compañía pudo coordinar y consolidar sus esfuerzos para manejar la crisis, tendiendo un puente entre los departamentos internos y los proveedores.

Una torre de control es un método probado e iterativo de resolver problemas con el suministro; sin embargo, suele enfocarse exclusivamente hacia adelante, en aspectos como niveles de servicio y asignación de canales. Pero con los faltantes de chips, el foco giró hacia el abastecimiento y la asignación de componentes, con las consiguientes complicaciones de administrar simultáneamente problemas de materiales y de los clientes finales.

Una vez establecida la estructura de la torre de control multi-funcional, canales de comunicación abiertos facilitaron la planeación y el intercambio de información. El flujo transparente de datos ofreció a la gerencia una imagen más completa de los insumos entrantes, la producción saliente y las prioridades de ventas. Un conjunto de palancas ayudan a gestionar la disrupción de chips: expandir el abastecimiento, gestionar la demanda y mitigar el impacto de la escasez. El Gráfico 1 ofrece ejemplos de palancas tácticas y estratégicas.

Gráfico 1

Los insumos entrantes fueron reasignados o priorizados en función de las condiciones de oferta y las categorías de productos. Los volúmenes de stock y de producción pudieron alterarse para ajustarlos a una menor tasa de ventas complementarias y para priorizar la producción con mayores márgenes.

Tableros digitales mejoraron aún más y automatizaron la comunicación en ambas direcciones de la cadena de suministro, lo que otorgó total visibilidad de, por ejemplo, el tiempo de recuperación, la utilización por planta y la salud del inventario por línea de producto.

La torre de control aprovechó también los datos para desarrollar sofisticados motores analíticos y modelos predictivos. Estos motores analíticos de soporte a las decisiones mapearon la oferta con la demanda y realizaron complejas decisiones sobre asignación incorporando más de cien posibles restricciones de la lista de materiales (BOM) y posibles alternativas, cuantificando los resultados de diversos escenarios bajo diferentes métricas. Todo esto permitió a la compañía reconfigurar sus políticas comerciales y sus prioridades geográficas para optimizar la asignación de recursos – al tiempo que evaluaba constantemente indicadores de desempeño clave.

A nivel administrativo y ejecutivo, los procesos de decisión se reestructuraron teniendo en mente la coordinación en varios frentes. Una plataforma multi-funcional de toma de decisiones posibilitó la consulta inmediata, con implementación de decisiones en diferentes departamentos y objetivos susceptibles de cumplimiento concurrente (Gráfico 2).

Gráfico 2

Un faro de trabajo en equipo

Los resultados de este innovador experimento fueron decisivos. La implementación del sistema de torre de control transformó la forma de trabajar, desde los estilos gerenciales hasta los sistemas operativos, pasando por las capacidades, mentalidades y conductas de los empleados y el uso de datos y analítica.

La nueva y clara estructura de liderazgo y decisión derivó en un abordaje más holístico de la gestión de cadena de suministro, menos reactivo y más proactivo. Esto se combinó con comunicaciones optimizadas y sistemas de manejo de datos notablemente mejorados.

El equipo de planeación independiente, formado por estrategas capacitados, logró establecer una comunicación cinco veces más veloz con los stakeholders. Las relaciones con los proveedores también mejoraron gracias a la planeación colaborativa: en lugar de generar conflictos y asignar culpas por retrasos, cambios en los pedidos o mala comunicación, se promovió una cooperación positiva.

A nivel de las interacciones humanas, la reducción del stress y de la carga de trabajo, combinada con una optimización general de los procesos, condujo a avances en la productividad y la moral, mejorando la calidad de las relaciones en toda la cadena de suministro.

En pocas palabras, el concepto de torre de control se convirtió en una especie de faro de trabajo coordinado en equipo, mejor asimilación de los datos, planeación optimizada y decisiones firmes. El equipo directivo atribuye a la torre de control las mejoras de productividad, eficiencia, colaboración, intercambio de conocimientos, flexibilidad, cumplimiento y relaciones con clientes, así como las oportunidades de innovación. Bajo el modelo de torre de control, resulta clave utilizar métricas balanceadas, como mix de productos, costos laborales o márgenes; y al mismo tiempo, es de notar que en un período de tres meses, las medidas adoptadas se tradujeron en un impacto de nueve dígitos en los resultados.

Estimulados por los logros, los líderes de la compañía tienen planeado expandir la torre de control a un centro neurálgico a escala completa que abarque todos los silos funcionales. Además, están explorando palancas de compras para asegurar abastecimiento adicional, y de diseño de productos con el fin de incorporar funcionalidades inteligentes a su cartera de productos.


Tal vez el efecto mejor recibido de implementar una estructura de torre de control es la disminución de la incertidumbre causada por la escasez de chips. Esto es particularmente importante cuando resulta claro que la demanda de estos componentes esenciales no parará de crecer, y continuará evolucionando a mayor velocidad que la oferta en muchos mercados. En vista de esta realidad, podemos esperar que surjan muchas más torres de control en el corto plazo en el complejo escenario de la fabricación de productos electrónicos.

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