El valor del IdC se acelerará hasta 2030: dónde y cómo capturarlo

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El Internet de las Cosas (IdC), la convergencia de los mundos digital y físico, ha surgido como una de las tendencias fundamentales que subyacen a la transformación digital de las empresas y la economía. Desde los rastreadores de fitness que llevamos puestos hasta los termostatos inteligentes que utilizamos en nuestros hogares, pasando por las soluciones de gestión de flotillas que nos indican cuándo llegarán nuestros paquetes o los sensores que promueven una mayor eficiencia energética o vigilan las catástrofes naturales derivadas del cambio climático, el IdC ya está integrado en la vida de los consumidores y en las operaciones de empresas y gobiernos.

En 2015, el McKinsey Global Institute publicó un informe de investigación titulado El Internet de las Cosas: el mapeo del valor más allá de las exageraciones (The Internet of Things: Mapping the value beyond the hype). El informe analizaba el potencial económico que el IdC podría desencadenar mediante la consideración de cientos de casos de uso en los entornos físicos en los que podrían desplegarse.

Seis años después, en el nuevo informe El Internet de las Cosas: ponerse al día con una oportunidad que se acelera (The Internet of Things: Catching up to an accelerating opportunity), hemos actualizado el análisis para estimar qué parte de ese valor se ha capturado, cómo podría evolucionar el valor potencial del IdC en la próxima década y los factores que explican ambos (véase el recuadro: "Definición del Internet de las Cosas"). El mercado ha crecido de manera considerable en los años transcurridos, pero no tan rápido como esperábamos en 2015. El IdC se ha enfrentado a vientos en contra relacionados con la gestión del cambio, los costos, el talento y la ciberseguridad, sobre todo en las empresas.

Esto es lo que descubrió nuestra más reciente investigación:

  • El valor económico potencial que el IdC podría desbloquear es grande y creciente. Para 2030, estimamos que podría generar un valor de entre $5.5 y $12.6 billones de dólares en todo el mundo, incluido el valor capturado por los consumidores y clientes de los productos y servicios de IdC.
  • El potencial de valor económico del IdC se concentra en determinados ámbitos (tipos de entornos físicos donde se despliega). Hemos descubierto que el ámbito de la fábrica (que incluye entornos de producción estandarizados en la fabricación, hospitales y otras áreas) representará la mayor cantidad de valor económico potencial del IdC, alrededor del 26 por ciento, en 2030. El ámbito de la salud humana ocupa el segundo lugar y representa alrededor del 10 al 14 por ciento del valor económico estimado del IdC en 2030.
  • En las aplicaciones B2B es donde puede crearse la mayor parte del valor del IdC, con alrededor del 65 por ciento del potencial de valor del IdC estimado para 2030. Pero el valor de las aplicaciones B2C está creciendo rápidamente, impulsado por una adopción más rápida de lo esperado de las soluciones de IdC en el hogar.
  • En 2030, el potencial de valor económico del IdC en los países desarrollados representará el 55 por ciento del total mundial, frente al 61 por ciento de 2020. China se está convirtiendo en una fuerza global de IdC, no solo como centro de fabricación y proveedor de tecnología, sino también como mercado final para la creación de valor.
  • Aunque el valor económico potencial del IdC es considerable, su captura ha resultado compleja, sobre todo en ámbitos B2B. Muchas empresas han tenido dificultades para pasar de los proyectos piloto a la captura de valor a escala con éxito. Estimamos que el valor total capturado para 2020 ($1.6 billones de dólares), aunque considerable, está en el extremo inferior del rango de los escenarios trazados en 2015.

Nuestra investigación comenzó en 2020, antes de que la propagación del virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, provocara una pandemia mundial en el primer trimestre de ese año. La crisis de la COVID-19 representa una amenaza tanto para las vidas como para los medios de subsistencia, pero también sirve como fuerza de configuración del mercado. Aunque el informe en el que se basa este artículo no se enfoca únicamente en el impacto de la pandemia, dicho impacto ha actuado como catalizador para el despliegue de soluciones de IdC en áreas específicas, mientras el mundo se enfrenta a la gestión de la pandemia y al desafío de lograr un regreso más rápido y seguro.

Valor económico potencial del IdC

El IdC está a la vanguardia de nuestra capacidad para unir los mundos digital y físico de una manera que podría tener implicaciones profundas tanto para la sociedad como para la economía. Los beneficios podrían consistir en la mejora de las operaciones, la gestión de los activos físicos, y la salud y el bienestar, por ejemplo. En este contexto, el IdC puede ser el corazón de las transformaciones digitales.

El ámbito es la manera principal en la que desglosamos el valor económico potencial del IdC (Gráfica 1). La fábrica, el ámbito con el mayor valor económico potencial en 2030, podría generar entre $1.4 y $3.3 billones de dólares en 2030, o el 26 por ciento del total.

Gráfica 1

Según nuestra investigación, el mayor potencial de creación de valor en el ámbito de la fábrica estará en la optimización de las operaciones en la fabricación, haciendo más eficiente la gestión diaria de los activos y las personas. En general, las aplicaciones de gestión de operaciones en la industria manufacturera podrían representar entre el 32 y el 39 por ciento del valor económico potencial total del IdC creado en el ámbito de la fábrica, o entre $0.5 y $1.3 billones de dólares, para 2030.

En el ámbito de la salud humana, el segundo más importante, el valor del IdC implica aplicaciones que se despliegan en el cuerpo humano y lo afectan. Estimamos que el impacto económico del IdC en este ámbito podría alcanzar alrededor del 14 por ciento del total, o entre $0.5 y $1.8 billones de dólares, para 2030.

En los últimos cinco años, el valor percibido de las soluciones de IdC en la atención sanitaria ha aumentado. Desde los monitores de glucosa y corazón conectados para pacientes con enfermedades crónicas hasta las soluciones de mercado masivo que controlan la actividad física, la concientización de los consumidores ha aumentado considerablemente. Las soluciones de IdC no solo las utilizan los clientes particulares, sino que también las ofrecen algunas aseguradoras y gobiernos como una forma de mejorar la salud y los resultados de los pacientes. La pandemia de la COVID-19 ha acelerado potencialmente el uso de las soluciones de IdC en la atención sanitaria, ya que el mundo lucha tanto por la contención del virus como por el regreso seguro al lugar de trabajo.

Otra forma de desglosar el valor económico potencial es por grupos de casos de uso. Este punto de vista nos permite observar los efectos de los casos de uso que son de naturaleza similar, pero que surgen en ámbitos diferentes (Gráfica 2).

Gráfica 2

Al utilizar este enfoque, nuestra investigación indica que los grupos de optimización de operaciones y productividad humana podrían comprender alrededor del 56 por ciento del valor económico del IdC en 2030; la salud y el mantenimiento bajo condiciones se estiman en alrededor del 15 y el 12 por ciento, respectivamente.

En términos relativos, los vehículos autónomos (que incluyen la automatización de la conducción parcial o la autonomía de nivel dos, y más) constituyen el grupo de valor del IdC de más rápido crecimiento. Su tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) esperada entre 2020 y 2030 es del 37 por ciento (hasta $0.3 billones de dólares en 2030, desde $0.01 billones de dólares en 2020) en el escenario de gama alta. Aunque los sistemas de conducción autónoma acaparan los titulares, el aumento constante del uso de sensores en los vehículos continuará a medida que los consumidores demanden mayor seguridad y fiabilidad. De hecho, durante la primera mitad de la próxima década, se espera que el aumento de las funciones de seguridad represente gran parte del valor agregado del IdC.

Se estima que el grupo de casos de uso de la seguridad en el entorno de los vehículos aportará entre $130,000 y $140,000 millones de dólares al valor potencial del IdC para 2030. A finales de 2020, es probable que el 20 por ciento de los vehículos de todo el mundo ya estén equipados con sistemas de seguridad (por ejemplo, prevención de colisiones frontales, asistencia en el punto ciego y control de crucero adaptativo), lo que podría reducir el número de accidentes y el valor de las pólizas individuales de los seguros de automóviles.

B2B versus B2C

Nuestra investigación de 2015 estimó que las soluciones B2B representarían alrededor del 70 por ciento del potencial total de creación de valor del IdC. Cinco años después, las soluciones B2B siguen siendo la mayor parte del valor económico de las soluciones de IdC. Pero el valor de las aplicaciones B2C se ha acelerado como resultado de una adopción más rápida de lo esperado de las soluciones de IdC dentro del hogar (por ejemplo, la automatización del hogar).

Como resultado de esta dinámica, se espera que las aplicaciones B2B representen entre el 62 y el 65 por ciento del valor total del IdC en 2030. En términos económicos, esto se traduce en unos $3.4 billones de dólares en el escenario de gama baja y unos $8.1 billones de dólares en el escenario de gama alta.

Desglose geográfico

Aunque se espera que el mundo desarrollado represente alrededor del 55 por ciento del valor económico estimado del IdC en 2030, la verdadera historia de crecimiento, desde una perspectiva geográfica, es China. Se ha convertido en una fuerza global en el IdC. China podría ser responsable de alrededor del 26 por ciento del valor económico estimado del IdC a nivel mundial para 2030, ligeramente por encima de su cuota prevista del 20 por ciento de la economía global y mayor que el valor económico estimado del IdC de todos los mercados emergentes: el 19 por ciento del total (Gráfica 3).

Gráfica 3

Estimamos que la cuota de China en el valor económico del IdC de las fábricas podría ser mayor que la de los mercados desarrollados o emergentes para 2030. En la actualidad, se estima que China tiene una parte importante de la base instalada de dispositivos de IdC, alrededor del 32 por ciento, el triple de la parte estimada de los mercados emergentes1.

Estimamos que la cuota de China en el valor económico del IdC de las fábricas podría ser mayor que la de los mercados desarrollados o emergentes para 2030. En la actualidad, se estima que China tiene una parte importante de la base instalada de dispositivos de IdC, alrededor del 32 por ciento, el triple de la parte estimada de los mercados emergentes1.

Vientos a favor y en contra del IdC

Aunque el valor económico potencial del IdC es grande y creciente, la captura de este valor ha demostrado ser un reto. Nuestro estudio más reciente muestra que el valor total capturado en 2020 ($1.6 billones de dólares) está en el extremo inferior del rango de los escenarios que trazamos en 2015. Hemos actualizado nuestras estimaciones para 2025 y más allá ajustándolas a las condiciones actuales, y hemos desarrollado escenarios que tienen en cuenta el repertorio de diversas incertidumbres. En conjunto, tanto los escenarios de gama baja como los de gama alta son inferiores a las estimaciones originales de 2015: entre $2.8 y $6.3 billones de dólares de valor económico potencial del IdC en 2025, frente a los $3.9 y $11.1 billones de dólares del estudio de 2015.

Las revisiones reflejan un mundo que ha cambiado significativamente desde 2015. Se han producido cambios importantes, tanto en la trayectoria de la adopción del IdC como en el impacto del mismo. Además, los factores de escala, como el crecimiento del PIB y los precios del petróleo (que son exógenos al IdC), también han cambiado. En esta sección, analizamos los factores principales que influyen en el crecimiento futuro del mercado del IdC en general, aunque hay algunas variaciones en cada entorno que se detallan en el informe completo.

Vientos a favor

Hay tres factores principales que están impulsando una aceleración importante en la adopción y el impacto de las soluciones de IdC en la actualidad:

  • La propuesta de valor percibido. Los clientes ven un valor real en el despliegue del IdC, lo que supone un avance significativo en comparación con nuestras conclusiones de 2015. El IdC es un elemento fundamental para las transformaciones digitales y los esfuerzos de sostenibilidad que se están llevando a cabo en empresas e instituciones públicas de todo el mundo. El valor económico de $1.6 billones de dólares que generaron las soluciones de IdC en 2020 ejemplifica la capacidad de la tecnología para aportar valor a escala.
  • La tecnología. En los últimos cinco años se han producido avances tecnológicos notables. Para la gran mayoría de los casos de uso del IdC existe una tecnología asequible que permite la implantación a escala. Los sensores cubren ahora todo el espectro, desde los visuales a los acústicos y todo lo demás; la computación es más que rápida; el almacenamiento es omnipresente; la potencia de las baterías ha mejorado. Los avances en el hardware han ido acompañados de importantes desarrollos en el análisis avanzado, la IA y el aprendizaje automático que permiten una visión más rápida y granular, y una toma de decisiones automatizada a partir de los datos proporcionados por los sensores.
  • Las redes. Las redes actúan como la columna vertebral que da vida al IdC y lo hace posible. Las redes de cuarta generación (4G) de las empresas de telecomunicaciones se han extendido para dar cobertura a más personas con mayor rendimiento, y las redes 5G se están desplegando rápidamente. Junto con las mejoras en otros protocolos de red, los clientes disponen de una amplia gama de opciones de conectividad que pueden satisfacer sus necesidades, ya sean asociadas a la capacidad, la velocidad, la latencia o la fiabilidad.

Vientos en contra

Las noticias no son del todo favorables para la adopción a escala y el impacto de las soluciones de IdC. Hay cinco factores que están actuando para frenar ambas áreas en general (de nuevo, con algunas variaciones en ámbitos específicos):

  • La gestión del cambio. Las empresas y los gobiernos suelen tratar al IdC como un proyecto tecnológico y no como una transformación del modelo operativo. Como tal, pueden ser dirigidos por TI sin tener en cuenta los cambios necesarios en los procesos de gobernanza, el talento y la gestión del desempeño. Capturar el valor a escala del IdC requiere la colaboración de los actores interfuncionales para cambiar el comportamiento, los sistemas y los procesos de las personas, así como introducir una gestión enérgica del rendimiento.
  • La interoperabilidad. Los sistemas operativos omnipresentes para el IdC aún están lejos. Más bien, el panorama del IdC contiene numerosos ecosistemas patentados y "amurallados". Muchas empresas y organismos del sector público se esfuerzan por llegar a economías de escala sin un importante trabajo de TI para superar las numerosas barreras del sistema.
  • La instalación. Si se pregunta a los consumidores, a los clientes empresariales o a los gobiernos, muchos citarán la instalación como uno de los mayores problemas de costos en la implantación de soluciones de IdC a escala. Los desafíos de interoperabilidad hacen que casi todas las implantaciones a escala requieran una personalización, si no es que una solución totalmente a medida. La complejidad de tareas aparentemente sencillas, como la obtención de una conectividad segura, la adaptación de dispositivos antiguos y la vinculación con los sistemas existentes, añade dificultad, tiempo y costo, lo que desalienta la implantación a escala.
  • La ciberseguridad. Los consumidores, los clientes empresariales y los gobiernos están cada vez más preocupados por la ciberseguridad del IdC, ya que el creciente número de puntos finales conectados ofrece puntos vulnerables que los hackers pueden explotar. Para hacer frente a este reto es necesario incorporar la seguridad desde la base, en cada capa de la pila.
  • La privacidad. Con la adopción de la Ley de Privacidad del Consumidor de California y el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea, la privacidad es ahora el centro de atención para muchos consumidores. Las empresas están luchando por saber a qué están dispuestos a renunciar los clientes a cambio de precios más bajos u ofertas especiales en un entorno minorista.

Lo que se necesita para escalar el IdC

¿Cómo puede el mercado del IdC cumplir su promesa? Veamos lo que se necesita para tener éxito desde el punto de vista de los clientes empresariales de IdC (las implicaciones para los proveedores, consumidores, inversionistas y responsables de políticas públicas se pueden encontrar en el informe completo, El Internet de las Cosas: ponerse al día con una oportunidad que se acelera (The Internet of Things: Catching up to an accelerating opportunity)).

Las empresas que han logrado desplegar el IdC a gran escala siguen siete pasos principales:

  • Decidir quién es el dueño del IdC en la organización. En la actualidad, muchas organizaciones no tienen un propietario claro del IdC, y la toma de decisiones se dispersa entre funciones, unidades de negocio y niveles. Las empresas que han conseguido desplegar el IdC a gran escala abordan esta situación asignando un dueño claro (que podría proceder de diversas funciones y roles).
  • Diseñar para escalar desde el principio. El IdC debe basarse en los resultados empresariales. Con demasiada frecuencia, los clientes corporativos quedan atrapados en la tecnología y se centran únicamente en los proyectos piloto. El impacto puede verse en el "purgatorio del piloto" que aflige a muchos clientes corporativos.
  • No sumergir el dedo del pie en el agua. A pesar de la concentración de valor económico en combinaciones específicas de escenarios y casos de uso del IdC, no existe un caso de uso que sea la solución perfecta. El despliegue de múltiples casos de uso al mismo tiempo obliga a las organizaciones a transformar los modelos operativos, los flujos de trabajo y los procesos para garantizar la captura de valor.
  • Invertir en talento técnico. El talento técnico de IdC es escaso. Un primer paso crítico para llenar el vacío es la contratación de reclutadores que hablen el lenguaje técnico y puedan “navegar el paisaje”. La contratación de ingenieros y científicos de datos es esencial, pero para que las organizaciones estén a la vanguardia, también deben actualizar las capacidades en ciencia de datos de sus plantillas actuales.
  • Cambiar toda la organización, no solo la función de TI. Con demasiada frecuencia, los despliegues de IdC se consideran proyectos tecnológicos dirigidos por el departamento de TI en lugar de transformaciones empresariales. La tecnología por sí sola nunca será suficiente para liberar el potencial del IdC y permitir la máxima captura de valor. En su lugar, hay que rediseñar el modelo operativo central y el flujo de trabajo de la empresa.
  • Impulsar la interoperabilidad. El panorama del IdC está dominado por ecosistemas fragmentados, patentados y específicos de los proveedores. Aunque es eficaz dentro del ecosistema, este enfoque limita la capacidad de ampliación e integración, lo que restringe el impacto de las implantaciones de IdC y aumenta los costos. Los clientes corporativos pueden especificar la interoperabilidad como criterio de compra y presionar a los proveedores para que la interoperabilidad permita la integración sin costuras de diferentes casos de uso, soluciones y proveedores.
  • Configurar el entorno de forma proactiva. Las empresas deben desarrollar y controlar diligentemente sus ecosistemas de IdC. Por ejemplo, dar prioridad a la ciberseguridad desde el principio y empezar por la capa de hardware es fundamental para desarrollar la seguridad de extremo a extremo. Trabajar con proveedores de confianza puede reducir la probabilidad de una violación, pero adoptar un marco de gestión de riesgos de ciberseguridad que incorpore no solo soluciones técnicas, sino también procesos y procedimientos empresariales que se ajusten al entorno y los requisitos de una empresa puede ser mucho más eficaz.

El mercado del IdC está creciendo rápidamente. El crecimiento puede ser más lento de lo esperado, pero no es por falta de confianza o de creencia en el impacto que puede tener la tecnología. Más bien, nos parece que hay factores operativos que frenan el mercado. Como hemos visto, hay matices a nivel de escenarios y de grupos de uso. Esto es cierto no solo en el crecimiento, sino también en los vientos a favor y en contra. Para que el IdC desarrolle todo su potencial, las empresas y sus clientes deben hacer frente a estos vientos en contra.

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